Buenos días amados, hoy vamos de genios, de esos humanos que han llegado a superar, con creces, la categoría de sapiens, aquellos que están el Olimpo eterno de la divinidad creadora.
Los humanos, que como vamos viendo son bastante contradictorios, son capaces de lo mejor, y en más ocasiones de lo más abyecto, y entre ambas categorías, la mediocridad es la reina de la especie homo sapiens sapiens.
En los altares de la Historia brillan con más luz, y no entiendo la razón, los militares y los políticos. Tanto los unos como los otros, normalmente han guiado su praxis por el vehículo de la guerra. No me parece lógico, a mi me parece que a la divinidad sólo deberían ser encumbrados quienes hicieron todo lo contrario, es decir aquellos que enfocaron su existencia en remediar conflictos (el 99% del género femenino, en hacer más habitable este mundo, en superar las fracturas sociales y étnicas, en hacer de la ciencia y la medicina un vehículo de bienestar, siempre al alcance de la inmensa mayoría de seres vivos.
Pero en el pináculo de la catedral de los grandes sapiens, los creadores en el espíritu, los artistas, de la arquitectura, de la pintura, del bulto redondo, de la pluma. Y como joya de la Humanidad a los poetas, esos seres privilegiados, que de la concisión y el dominio del lenguaje, hacen que los sentimientos palpiten y se desparramen a borbotones.
Os recomiendo releer a los poetas clásicos, a esos poemas que han vencido el devenir del tiempo, que se conservan intactos y florecen al paso del tiempo, en definitiva eso es el clasicismo.
Mi ídolo, el joven atormentado y genial de RIMBAUD, que como los héroes clásicos murió en plena juventud, como un AQUILES del verso.
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