Buenos días estimados admiradores, seguidores todos incondicionales de mis ocurrencias perrunas, como os prometí voy a hacer referencia a mi amiga Frida, que es una presumida y engreída galga aristocrática.
Fijaros que cuadro encargó, que mi amo por supuesto tuvo que pagar, pero no contenta con ella le hizo escribir un cuento, con ambiente medieval, para aristocratizar sus ancestros. Dicho relato se encuentra en la página de sos galgos (www.sosgalgos.com), publicado con el pretencioso título de "LAS ORDENANZAS DE DOÑA FRIDA DE BRETAÑA". Os recomiendo su lectura, pero sobre todo visitar esa página, donde la desgracia de los galgos encuentra remedio en voluntarios y adoptantes que los rescatan de la ignominia del maltrato y el abandono.
La vida de los perros, de las mascotas, es una lotería, unos como reyes otros como mendigos, pero la de los galgos puede ser una verdadera cruz. Su gran desgracia, virtud de la naturaleza, es la potencia y velocidad que la evolución les ha concedido. Por ello son tan preciados como despreciados, su valor reside en ello y los humanos, con un concepto de productividad cavernícola los encumbran cuando son top y los maltratan cruelmente cuando dejan de serlos. Afortunadamente la presión de organizaciones, como la citada de sos galgos y otras, están forzando a que los galgueros cambien, muy poco a poco, el concepto cinegético y competitivo del galgo.
Los galgos son perfectos animales de compañía, cariñosos, inteligentes, dóciles. Aunque sean un tanto elitistas, pretenciosos y aristocráticos, merece la pena poner una galgo en su vida. A Frida la queremos mucho, es mi gran amiga, junto con Hera. Os animo a adoptar un galgo, eso de verdad si que ennoblece a quien lo hace.
Gustar de su belleza, no a través del espejo, mejor con la calidez de un lametón.
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