jueves, 1 de mayo de 2008

EL COLLAGE DEL CURRO


Buenos días para todos los que desde la red digital siguen este maravilloso espacio.
Ayer fue un día especial, hubo paella para los perritos de la casa. Yo ya pensaba que nos quedabamos sin el manjar, ya que el día de Fridi fue el 29 y no hubo comida especial, sólo mierda de pienso liofilizado. Para mí que esta comida ensaculada la traen de Ucrania, como el aceite de girasol, quizás tengamos suerte y el Ministerio de Sanidad retire, para siempre jamás, ese detritus alimentario.
El festín fue brutal, una auténtica gozada, y es que mi amo es el rey de la paella perruna. Os voy a dar la receta:
En una cazuela se pone a hervir agua con unas gotitas de aceite de oliva. Cuando el agua hierve se añaden dos zanohorias previamente troceadas, también doscientos gramos de chorizo bien picadito, cuatro salchicas cortaditas y dos hamburguesas en cuadraditos.
Dejar hervir a fuego semirápido durante 10 ó 12 minutos, añadir un poco de perejil, un poco de sal y un ajito, dejar otros 5 minutos más. Después se añade el arroz (medio vaso de sidra o de cubata ancho). Cuando alcanza el punto de ebullición bajar un poco el fuego y dejar que se cueza durante 18 minutos, ni uno más ni uno menos. Revolver de vez en cuando no sea que se os pegue el arroz al culo de la paella, se queme y comida a la puta mierda y circo con vuestra chica por joder la cazuela.
Una vez transcurrido el tiempo de cocción sacar al aire libre para que se enfríe (a los perritos no nos gusta la comida caliente), servir en cada plato perruno la misma cantidad (esto es fundamental, si no se hace puede montarse una bronca monumental), luego con paciencia recoger las babas de los animalitos después de la yantada.
Así de sencillo, así de complicado, una delicia. De postre una buena siesta en el sofá o en colchón de latex, nada de sobar en el suelo o la hierba, se os puede enfriar la tripita y luego la cagalera de los demonios.
Bueno amados hoy nos tocar comentar la efemérides del día, la Fiesta del Trabajo, osea la estupidez de los humanos de celebrar que durante todo el año se joden cumpliendo un castigo bíblico que ya dura demasiados milenios. Por ello he aprovechado que mi amo anda haciendo el gili por la casa, le he mangado la cámara de fotos (que estaba sin pilas) y he preparado un collage (osea un revuelto de cosas varias). Ha salido un poco borroso, pero mejor así, de esta manera no hago propaganda de nadie (veís como hasta de los errores se puede realizar una lectura positiva). La foto pretende resumir el día a día de mi amo, instrumentos tecnológicos de comunicación que le persiguen y encadenan, unas valerianas para los nervios en tensión, la cigarrada para tragarse el humo de la mala leche, unas birras de vez en cuando para justificar el consumo de aspirinas, un buen libro clásico para desconectar, el GPS para encontrar la casa y un sujetador que quitar de los pechos maravillosos de mi ama (premio extraordinario, por ello no concesión diaria). En resumen que mi amo es un tipo de los más vulgar, un esclavo del siglo XXI, menos mal que tiene buena mano para las paellas perrunas.
En otro lado del espectro (cojones que bien empezamos) se encuentra Frida, bueno Frida, Hera, la gata y yo misma mismamente, quienes tenemos muy claro que la vida hay que vivirla procurando gozar de forma permanente. Como ejemplo la foto de Frida sobando en el sofá, mientras los amos currando, pero así es la vida de perros, cuando las cosas vienen bien hay que aprovecharlas a tope, que cuando se tuercen las pasamos putas, y de esto damos buena fe la maltrada de Frida y la abandonada de yo (que licencia gramatical más vulgar, pero de todo hay que gastar).
Por eso os recomiendo sacudiros de la dictadura del trabajo, con inteligencia, reservando siempre un parcela de tiempo para vosotros mismos, para vuestra familia, para vuestros perritos. De vez en cuando unas birras y un buen polvo son el antídoto para eludir y aliviar el peso de esa cadena universal de la maldición bíblica del trabajo.
Estoy agotada, me voy a sobar antes de salir, por esos campos de Dios, en busca de la aventura diaria por el mismo camino de todos los días. Luego presume mi amo de imaginación, pero lo que es a la hora de trazar itinerarios nuevos es más bien un verdader zote, pero le perdono, la paella de ayer estaba verdaderamente cojonuda.
Besos queridos y hoy de currar lo justo.

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