No hay forma canina de convencer a mis amos de que odio el pienso, pero ellos erre que erre, así que cada semana me traen un nuevo producto igual de asqueroso que el anterior. El problema que tengo es que tanto doña Frida como la simplona de Hera, tragan con todo, lo mismo les dá un sabor que otro y a mí lo único que me llena, gastronómicamente hablando, es el chorizo, la paella, el pan del día, el jamón de jabugo, en fin lo habitual en una dieta equilibrada.
Ayer otra sesión de pipetas antigarrapatas, en esto tengo que agradecer a los amos su especial cuidado para con nosotras, es increíble la plaga que hay de estos repulsivos bichos, si por cada garrapata nos dieran un céntimo de euro llegaba en una semana a la cúspide de la lista Forbes.
Por cierto un nuevo rico ruso se ha gastado 270.000 euros en una botella de vino, de vinagre más bien, que perteneció al presidente yankke Jefferson. Otro gilipollas de marca mayor.
Y en estas estamos, los humanos ricos de occidente hiperpreocupados por el medio ambiente, después de haberlo jodido. Mientras en el mundo de los pobres la basura del progreso se acumula. Yo pienso que los europeos y los americanos debieran de pagar una multa al resto del mundo por haberse cargado el planeta, de esta manera los pobres no se verían obligados a seguir el modelo de crecimiento que ya han abandonado los ricos. Es muy fácil ser ecologísta de salón, ¿pero quien paga a los pobres por haber jodido los ricos el planeta?.
Ricos ecologístas, niños muriédose de hambre, soldados de los ricos ocupando los pozos de petróleo de los pobres, guatemaltecos a palos por la subida del transporte a causa del precio del petroleo controlado por los ricos, cultivos de arroz trabajados sólo por mujeres, biodisel para los ricos y hambre para los pobres, voto para las mujeres pero separadas de los hombres.
Para colmo la niña ésta que quiere ser la novia cinematográfica del capitán Trueno. ¡Vaya cabreo que lleva mi amo! De niño estaba enamorado platónicamente de la nórdica Sigrid, afrodita escandinava, nada que ver con esta chavalita artificial, desde la punta del pie hasta los cabellos teñidos. ¡Una pena, matar así las ilusiones y los recuerdos de la infancia!
En fin colegis, meditar un poco sobre el ecologísmo de la hiperabundancia. A los chicos que se consuelen, igual esta chica no hace la peli.
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