viernes, 6 de junio de 2008

LA CANTADA DEL MILENIO








Buenos días amados, ya estoy un poco mejor, aunque creo que es de milagro. El míercoles por la tarde me llevó mi amo al veterinario, tenía otitis en el oido medio. Lo que no entiendo es que tienen que ver las orejas con el ojetillo o la manía que tiene el barbudo del matasanos de meterme el termómetro por el ano. Me tiene harta. El colmo de los colmos fue cuando me recetó unas pastillas para la tripita, hasta este punto bien, pero que las pildoras estén caducas pasa de castaño oscuro. Total como es para un perrito y mi amo tan inconscientemente feliz. El único comentario que le hizo al salvaje fue que si habría algún problema y el otro que no se corta un pelo dijo que el mismo se las tomaría, que no pasaba nada, pero ninguno de los dos hizo la prueba. Lo mejor es que se lo trague el chucho. En fin que si la casco ya sabeís lo que teneís que hacer amados, denunciar a esta pareja de criminales farmaceúticos.
Ayer mi amo tuvo un día de esos que se pueden calificar como apoteósicos. Como es un tipo que se mete en todas las salsas no tuvo que mejor ocurrencia que engancharse, como profe gurú, en un seminario sobre gestión de stocks. El hombre no es que lo haría mal, lo hizo de puta pena, de culo y sin frenos. Se pegó una de las mayores cagadas de su historia y anda que no tiene curriculum es meteduras de pata. Los sufridos alumnos no le metieron una somanta no sé ni como, a mi me pasa una de esas y lo capo, sin acritud, con cinismo y sadismo.
Yo, que ya me olía la tostada, estuve todo el día conectado al cerebro de mi amo vía wifi y la verdad es que se las pasó de a kilo. Al principio pegó hasta algún lance brillante, luego poco a poco se fue yendo abajo, el hombre se arrimaba, el toro avisaba, al final la cornada.
Conclusión: zapatero a tus zapatos.
Le recomiendo a mi amo que se dedique a lo suyo, que medite, que sea más inteligente, que deje de meterse en todos los charcos, que no sea tan impulsivo. En definitiva que busque en la paz del claustro de su cabezón el horizonte claro, que no se disperse y que nos siga cuidando como hasta ahora.
Le perdono lo del veterinario.
Un beso coleguis.


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