Buenas noches amados, ya estoy otra vez hiperconectada, por cierto he descubierto que hay un vecino que tiene red inalámbrica, no la tiene protegida y encima todo el día encendida, por lo tanto si mi amo apaga la conexión, pues a chupar del vecino.
En esta Semana Santa está el pueblo lleno de "veraneantes" osea de una peña que no hace más que meter ruido, de todas las maneras posibles: gritos con los niños, broncas entra las "parejas", cortacesped a escape libre, juramentos cuando se dan con el hacha en los quesos, etc,etc, Pero lo mejor es la "guerra del pan", parece que estos urbanitas no comen más que cereales panificados y dan con toda la capacidad productiva de los dos obradores del pueblo. En los bares ni entrar, machos y hembras morreando el vidrio sin descanso, eso sí el vino de "cosechero", que casualidades de la vida es el más barato, ese que te deja la lengua morada. Pero no parece importarles, después del vinazo una chuletillas y a darle al gintonics o al orujo, el asunto es ponerse curdas y acabar como unos ecce homos (nada más propio para esta fechas y que perdone el párroco por la metáfora etílica.
También existe la subespecie de los paseantes, secta de mirones de los chalets, de los jardines y sobre todo los machos de los todoterreno del vecino. Luego la crítica, siempre negativa y las clase de economía aplicada y de estética de jardines y en el colmo de la envidia, el mensaje ecológico, que vale para casi todo, los todoterreno contaminan más que nuestro auto. Los paseantes, también conocidos como mareantes, por su manía compulsiva de dar vueltas y más vueltas a las urbanizaciones, también pueden ser practicantes del culto báquico, y entre pote y dar el coñazo inmobiliario. Los mareantes deportivos son también legión, estos no beben, no comen, no cagan, sólo hacen músculo, tanto que los tíos están hiperenvejecidos y las troncas de puro magro, denterosas.
No obstante toda la tipología urbanita tiene una característica en común: la locura inmobiliaria, son como los brokers de andar por casa y suelen darse una vuelta, como no, por las inmobiliarias locales, donde pretenden engañar al pocero de turno, mientras este normalmente se las mete cuadradas. Pero poceros y brokers aficionados tienen también un denominador común: hacerse ricos de la manera más rápida y fácil, es decir el pelotazo, cuyo fin es no pegar ni palo al agua.
Ahora los poceros estan tristes, los grandes, los medianos, los pequeños, todos los que del "mercedes" hacen su bandera, logitipo y anagrama. Los grandes, voceros de toda la mafia del hormigón ya nos están metiendo el miedo en el cuerpo, que si un millón de parados, que si las hipotecas. Pero cuando todo les iba de puta madre, no se acordaron de los demás, si pretenden que los paganos les saquemos del bollo, yo desde luego ya le he dicho a mi amo que de eso cero. ¡Qué se jodan! Y se tienen que joder por: hacerse ricos a costa de la especulación y el mamoneo con los gobiernos locales, por hacernos creer que este país era una maravilla, por joder el entorno, por llenar de cemento media nación, por joder a nuestros amos toda la vida para pagar un puto piso, por meterles en la cabeza lo de la 2ª, 3ª y 4ª vivienda, por dar falsas espectativas de trabajo a los emigrantes, por sacar a los chavales de la escuela con un sueldos de copón y ahora, pobres catetos sin formación a la calle, por obligar a la gente joven a vivir con sus padres hasta la cuarentena por no poder antes comprar una vivienda, por no aportar nada de Valor Añadido al PIB. Por todo ello que se jodan y que cambién el mercedes de los horteras por el Logan de los currantes.
Otro días os hablaré de un tal Friedman y de su colega Sach, vaya par de cabronazos.
Un beso y dejar de dar vueltas.
Os quiere vuestra perrita favorita, la genial IKITO.
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