ESENCIA DE MIERDA

Buenos días amados, ya estoy otra vez hiperconectada al espacio digital, pero ello no sirve para calmar esos ardores sexuales que me están agobiando. Espero que pronto se me pase el celo, de lo contrario voy a terminar más loca que la imbécil de la Paris Hilton, quien por cierto se ha pillado un novio de esos que asustan al miedo. Fijaros si será feo y vomitivo el tío que ayer con ver una foto suya se me bajó la líbido a la más mínima expresión y eso que no lo olí, si lo hago me hago perrita de clausura.

Hoy he plantado unas cuantas fotos en esta entrada, la verdad es que la vida de los humanos da como para colocar millones de imágenes cada día, la mayoria deprimentes.

Empecemos por la primera, niños es Filipina bañándose en un río de mierda. Literal, sin eufemismos baratos, resulta que hay 2.600 millones de personas que no pueden gozar de un mínimo saneamiento para las aguas fecales.

La segunda: 1.400 mujeres "ejercen" la prostitución en Madrid en la puta calle, nieve o haga 40 grados a la sombra, y en el plena selva urbana, con toda la cuadrilla de cabestros que andan sueltos. A las autoridades ni fú ni fá. A los políticos ni les va ni les viene, como la mayoría son emigrantes ilegales no votan, por lo tanto no valen ni una papela cada 4 años.

La tercera: las siluetas de las azafatas chinas. Resulta que muchas de ellas son "utilizadas" como floreros sexuales por los camaradas del partido. ¡Vaya cuadrilla de cerdos!

La cuarta: mujeres irániés jugando al rugby, con el pañuelo y más tapadas que monjas. ¿Os imaginaís corriendo de esa guisa por un campo de fútbol? !Demencial!

La quinta: desfile de lencería en Los Ángeles, aunque más bien parece el banderín de enganche de un puti-club. Pero todo legal, menos mal que manda el mojigato de Bush, de lo contrario ni me imagino como sería el tema. ¡Qué asco de falsos puritanos meapilas baratos!

En resumen, medio mundo bañandose en mierda. El 50% de la población mundial, osea las mujeres, parecen no ser más objetos sexuales.

Vaya mierda colegas.

Un beso, me voy a la ducha, pero no para calmar mis naturales ardores, más bien a limpiarme de la inmundicia de los humanos. Menos mal que todos no son igual de cerdos, de lo contrario vaya vida de los cojones.