Buenos días amados, hoy los humanos están de votaciones, bueno los que viven en España, llueve y además hace un frío que pela, mi amo tiene un catarro-gripazo de esos de órdago a las dos, menos mal que nos ha sacado a dar una vuelta por el campo. La excursión de esta mañana ha sido fructífera, yo con bozal y toda la pesca, he sido capaz de cazar a un conejo y es que soy cojonuda, divina y lo máximo total del mundo mundial, conmigo no hay quien pueda.
Ahora como estoy aburrida y aprovechando que mi amo anda sonándose los mocos por toda la casa, me he colado en su ordenador y me he puesto a navegar por la mar océana digital y como soy una perrita muy cultureta pues a ver páginas técnicas. La foto que os adjunto, del típico satélite es impresionante, el mundo a oscuras, bueno sólo los pobres, el resto, los ricos tienen luz, esa que generan con centrales nucleares, pantanos, centrales térmicas, molinos de viento e incluso aprovechando la fuerza inconmesurable del flujo de las mareas. A dos velas, los de siempre, los pobres y donde no hay casi ni para velas, en África.
Hay pobres, paupérrimos, pobres de solemnidad y luego están los pobres africanos, sobre todo los que viven en lo que ahora llaman el África subsahariana, eufemismo gilipollas de los neoprogres para denominar al continente negro. Pero mejor que perder el tiempo en buscar palabras que supuestamente no hieran el presunto condicionante racista de la palabra negro, algo que supongo que a las personas de "color" les dará exactamente lo mismo, por lo menos hasta que no tengan algo que llevarse a la boca, diariamente y con dignidad, mejor harían estos sapiens de la etimología en preocuparse por ellos. Dejarse de tanta conferencia internacional, donde cuestan más las cintas que el manto y preocuparse por ofrecerles los recursos básicos para que puedan tener una existencia más o menos digna y feliz.
Es paradójico que en la sociedad de los ricos, donde el hiperconsumo es el rey, no se desvíen recursos, que en la mayoría de los casos son ociosos, a las zonas donde impera el hipoconsumo, o más bien el microconsumo para poder pasar el día sin engrosar la lista de cadáveres de las morgues africanas.
En fin no os quiero, queridos humanos, joder el domingo, ni a los políticos su día de gloria, el resto de los cuatro años se lo pasan tocandóse los güevos o el chichi, dependiendo de la naturaleza sexual de cada uno, pero si os pido, aunque sólo sea eso, meditar un poco sobre el apagón obligatorio al que está sometido el continente africano.
Un beso y a ser buenos, rascaros un poco el bolsillo, que muchos pocos hacen un mucho, o algo así.
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