Buenas tardes a todos los seguidores y admiradores que cada día entran en este espacio digital para poder disfrutar de mis ocurrencias caninas.En primer lugar os quiero preguntar por "anillo de Durex", supongo que es pronto, pero bueno si alguna ha tenido alguna tórrida experiencia, me alegro, aunque la verdad no creo que ese tipo de artilugios sean imprescindibles, pero todo lo que colabore a que lleguemos a ascender a las cumbres reconditas del orgasmo inimaginable, pues que sea muy bienvenido.
A otra cosa mariposa, la dama de corazones, la bella cuarentona Bruni, está rompiendo moldes, de forma literal que no figurada, en el mismísmo corazón de lo que fue el Imperio de los estirados britis. Todo lo contrario es lo que hacen, cada día superándose un poco más y miren que es difícil, la pareja de la segunda foto. Pobres nativos, tener que aguantar al pajarero sin gracia y a la mula vieja, encima seguro que no dejaron ni un chelín de propina.
Me han comentado que la Bruni ha dejado patidifuso al marido de la reina, el duque de Edimburgo, griego de procedencia y como buen medio oriental aficionado en exceso a los harenes extraconyugales, al principe de Gales, quien quizás recuerde con nostalgia el cuerpazo y la alegría de la Bella Diana. Pero carlitos que se joda, bastante hizo sufrir a la Princesa de los Pobres, ahora que cargue con el purgatorio, en las caballerías reales. Pobre de los guardias reales, siempre tan tiesos (tan firmes mal pensadas), viendo pasar el aroma de la belleza de la italiana, les está bien empleado por llevar esos gorros de piel de oso tan poco respetuosos con los animales.
El bueno de Sarkozy está como un adolescente en plena crisis hormonal, se cargará la carrera política, pero si ello le garantiza el Olimpo de la Bruni, creo que es buena elección.
En cuanto a mis ardores hay siguen, un tanto mitigados, espero que ya para el martes vuelva a la normalidad química y pueda dedicarme, en cuerpo y alma a lo mío, es decir a cazar conejos, ratones, culebras y todo lo que se mueva.
Me voy a la cama, mañana una hora menos de sueño, una más de sol vespertino. Pero la disciplina del sueño hay que mantenerla a rajatabla, es el secreto de la belleza sin ocaso de mi ama, de la Bruni y sobre todo de la mía.
Un beso colegis.
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