Buenos días a todos mis admiradores, que ya veo que son legión de amados seguidores de estas entradas caninas, plenas siempre, de sentido común, un punto de humor y ocasiones de cierta dósis de justificado cabreo.Pero la vida es así y la verdad es que los humanos dan para escribir miles de millones de entradas, la pena es que la mayoría de ellas son a costa de las gilipolleces, diarias y redundantes que hacen estos amigos que se autodenominan, no entiendo el motivo, como sapiens sapiens (hay que ser soberbio y redundante).
Sigo con el celo incontrolable, pero lo que ya de verdad no soporto, a pesar del estado de alteración hormonal en el cual me encuentro, es a los pesados de mis admiradores perrunos, que sólo buscan la chingada. Como estoy hasta las tetillas de ellos les he pasado un croquis con el que espero, aunque la inteligencia de los machos no dé para mucho, sean capaces de fabricarse, de forma muy simple y sin apenas coste, un remedo con el que vaciar sus gónadas sexuales, es decir aliviarse los güevos.
Sirve también para los humanos, como por ejemplo para el desecho humano de la segunda foto. Se trata de un "señor" al que su esposa tuvo que atar, allá en las cumbres nevadas nepalíes, durante 12 horas, para que dejara de soplar, es decir de ponerse como una puta cuba reincidente.
También lo puede utilizar el tipo de la foto primera, ese que también se ponía de priva hasta las cartolas, ahora abstemio radical, que es tan lelo como el asiático, sólo que es el presidente de la Nación más poderosa del mundo mundial, los EEUU. Hay que ver que jeta pone con el pobre conejito, yo que el conejito (¿captamos colegis?) me largaba a toda ospera, dejándole eso sí el artilugio ya montado. No me extraña que sea tan parvo, ¿os habeís fijado en su señora? ¡Qué diferencia con la bella entre las bellas, la Brunni!
Bueno amados un beso y por favor, a las chicas cariño, de la botella lo justo.
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