martes, 1 de abril de 2008

SANGRILA, EL PARAÍSO DE LA REPRESIÓN




Buenos días amados, hoy estoy conectada via wifi con mi amo, es una maravilla, el está en Barcelona, yo en Casalarreina y nuestros cerebros en permanente comunión intelectual.
Bueno ahora me voy a desconectar de sus neuronas, si no lo hago me pilla escribiendo en su ordenador y el tío se mosquea. Es muy buen amo, pero se piensa, todavía y a estas alturas de la película, que los perritos no tenemos capacidad para emitir pensamientos profundos. Es una pena, no sabe realmente lo que se pierde. Pero no me quejo, nos quiere mucho, no como esos cabrestros y vacasburras que tratan a sus mascotas peor que los Chinos a los tibetanos.
Mi amo siempre a tenido especial predilección por el mundo místico, misterioso y superatrayente de los lamas, de la cultura del Sagrila mítico. Por eso se cabrea cuando en China o en Birmania los gobiernos sacan a las fuerzas militares para acabar con las manifestaciones, siempre pacíficas y justas de los buenos de los lamas.
Lo que está pasando en el Tibet es una vergüenza, todo el poder del imperio chino contra los monjes, contral el pueblo, que no pide más que respeto y libertad. Los humanos llevan, en su versión sapiens sapiens, más de 25.000 años sobre la superficie de la tierra, a pesar de ello han sido incapaces de erradicar la violencia asesina contra sus propios hermanos, como mucho han sido, en períodos cortos y en espacios geográficos muy definidos capaces de mitigarla.
A mí me gusta la TV, pero sólo un ratito, para ver cuatro chorradas que me hagan reir y simplemente para ver otros bichos en los maravillosos documentales que casi nadie ve. De la TV hay un elemento que me preocupa, el índice cada vez mayor que ocupa la violencia, en todas sus manifestaciones audiovisuales, en la parrilla televisiva. Estoy convencida de que existe más violencia en las pantallas que en la cruda vida real. Por lo tanto con esos mimbres de comportamiento televisados sólo se puede construir un cesto de mayor violencia real si cabe. Si además tenemos en cuenta que la TV llega a todo el mundo, incluso antes que los tractores o las medicinas, ya tenemos el fenómeno de la violencia hiperglobalizado e hipermodelado por la imagen. Esas escenas se fabrican en las productoras de los programas, y no entiendo como sus gestores pueden ser tan irresponsables, pero parece que es lo que vende. ¿Pero no será que eso es lo que quieren que consumamos y que se escudan, ellos, en que es lo que vende? ¿No será que a cierto humanos les interesa que todo el orbe sea un maremagnun de violencia? ¿Para qué? ¿Para que la inseguridad sea tal que nos tengan que quitar la libertad? ¿Para forzar la dictadura del miedo colectivo? ¿Para vendernos seguridad privada?
Observar los aeropuertos, ¿quién ha generado ese miedo colectivo que obliga a los humanos a descalzarse delante de cualquiera que se viste con el uniforme de una empresa de seguridad privada, que ni siquiera es un policia?
En fin a los militares chinos que les den por el bull, yo me quedo con los lamas de mi amo. Por todo ello me manifiesto.
¡NI UN PASO ATRÁS ANTE LA VIOLENCIA!

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