martes, 8 de abril de 2008

AGUR BEN-HUR








Buenos días amados, vuestra perrita favorita ya está onlaine.
Mi amo está triste, falleció uno de sus ídolos de la niñez, el héroe bueno que lo era el Sr. Charlton Heston. La inolvidable carrera de cuádrigas entre el judio Ben Hur y el malvado romano Mesala ha sido uno de los momentos cumbres de la historia del cine. Es de aquellas películas de acción, de aventuras, de amor, de celos, de intrigas, de malos momentos, pero en las que siempre triunfaba el bien sobre el mal. Kilómetros de cinta de celuloide donde se transmitían valores, una brutal diferencia con la mayoría de las producciones de estos últimos años en las que el exceso de violencia, muchas veces gratuito, y el mal gusto aliado de la chabacanería se imponen.
Heston fue el muchacho bueno, el chico justo, aquél que luchaba, incluso contra faraones o la potencia militar del Imperio Romano, por unos ideales que eran aceptados universalmente. Por eso mi amo está un tanto melancólico, por ese mundo que con actores como Heston se pierde, parece que para siempre.
Ayer también, cuando me concecté a su cerebro, puede atisbar que estaba cabreado, buceé un poco más y yo también me encendí indignada. En uno de sus archivos cerebrales tenía guardadas unas imágines de la TV, concretamente de una corrida de toros, creo que en Sevilla transcurría. Un precioso toro se negaba a embestir al caballo y una pléyade de energúmenos, desde los palcos, pedían su expulsión del coso por falta de casta. Yo creo que demostró el animal sabiduría, negándose a combatir en la arena con humanos y caballos. Mucho más entendimiento el del torito bravo, que supo discernir que le esperaba el mismo fin que el de los gladiadores del circo de Ben-Hur, la muerte segura. Eligió la vida, como los valientes y no la muerte como los estúpidos. La pena es que a esas cuadrillas de vociferantes energúmenos, no los colocan, en pelotas, en un anfiteatro, para torearse los unos a los otros, vengan capotazos y banderillas de fuego, y luego el certero estoque de su compañero de palco en su testuz. Pero no seamos malos, si lo humanos, parte de ellos, son gilipollas, nosotros los animalitos mostremos inteligencia, saber estar y buen rollito, como el bueno de Ben Hur en las arenas del circo romano, compitiendo con deportividad con el traidor de Mesala, jaleado por una banda de bárbaros supuestamente civilizados romanos.
Volviendo a Heston, cuya memoria se empaña por la historia de la famosa asociación del rifle, recordar que fue un importante activista en pro de los derechos de las gentes de color en los EEUU. Lo del rifle fue una manipulación, aunque mi amo piensa usarlo para cargarse la mierda del móvil, atadura más poderosa que la que ponían los romanos a los condenados a remar en las trirremes del Imperio. ¡Cómo bogaba Ben Hur!
Un beso colegis.


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