martes, 29 de abril de 2008

ONOMASTICOFRIDIBIRZDAI




Buenos días para todos mis rendidos admirados, decenas de miles que lo sois en el espacio digital. Es una pena que no os pueda conocer a todos en persona, os daría un cariñoso lametón, recuerdo sentimental indeleble de la perrita más divina del mundo mundial.
Hoy estamos de celebración perruna, aunque ya hemos tenido nuestra particular discusión a la hora de denominar al evento. Duquesa, la vieja y marimandona gata aristocrática, insiste en utilizar el término de onomástica, pero que yo sepa hoy no es Santa Frida. A Hera le da igual, como es una infantil lo único que le preocupa es saber si habrá fiesta en el Txikipark, o como dicen en el pueblo Chiquiparc, que por cierto lo regenta un colega que parece una exposición viviente de los hologramas que puso el bueno de Arsuaga en Atapuerca. Yo soy partidaria de emplear la palabra cumpleaños. Como soy la pelota, la bienamada de mi amo, se ha impuesto mi criterio, aunque tampoco tiene mucho sentido. Lo que hoy celebramos en nuestra comunidad humano-canina es que hace un año que la bella Frida vive con nosotros. Por cierto a Frida nadie le ha consultado al respecto, ella tampoco se mete en nuestra broncas, es más sensata y demuestra su alegría de vivir en esta casa de locos sin estridencias, sin dar la nota, simplemente lo denota siendo feliz.
Un 29 de Abril del pasado año vinieron Marta y Gabriel, una pareja de humanos de los que se puede decir que son sapiens sapiens de verdad. Gentes cariñosas que en su tiempo libre se dedican a socorrer, a librar de las garras del abandono y el maltrato a los galgos. La verdad es que currelo no les falta, la crueldad para con los galgos sigue siendo, por desgracia, el pan de cada día en muchas regiones de España. Pero gracias a personas como ellas muchos galgos pueden volver a la vida en el cariño de una familia humana, este ha sido el caso de Frida. Cuando llegó a casa estaba acojonada, los palos no se olvidan tan fácilmente, por eso estaba asustadiza, pero pronto se abrió a nosotros. Yo sabía bien de que iba la historia, fui también una perrita abandonada en esos campos de dios en un frío invierno, siendo poco más que cachorrita hace ya dos años. Tuve una suerte del copón al caer donde caí, bueno más que jugada de los hados fue mi maravillosa intuición podenca la que guió mis destarlados pasos hasta la morada de los que luego serían mis amos.
Pero todos los perritos no tenemos la misma suerte, en la última foto aparece Beltza una preciosa perrita mastín. Es todavía un cachorrito y presa la tienen en un cercado de frutales. En Invierno, cuando hacía un frío de cojones, la pobre se escapaba en pos de calor, del aliento y la caricia de los humanos. Venía a la puerta de nuesta casa y como fiel centinela se quedaba esperando que el puente levadizo se bajase. A mis amos pena infinita les producía tal abandono, pero otro perro más en nuestra casa era inviable. Recurrieron a la Guardia Civil del pueblo para ver si podían localizar al dueño: ni puto caso. Al final tuvieron que recurrir al boca a boca, que en una comunidad rural tan pequeña siempre funciona. Encontraron al amo, un chico joven recien divorciado que no podía tener al perro en el piso pues los vecinos se quejaban de sus lloros. Normal, un pobre cachorro todo el día sólo llora por el abandono, aunque sea circunstancial y parcial. Los perritos no sabemos si el amo nos deja por unas horas o para siempre, normalmente pensamos lo segundo ya que la experienciaq milenaria nos induce a ello, los humanos no son peña de fiar en la mayoría de los casos. Así que el muchacho, forzado por el vecindario no tuvo más remedio que mandar al presidio de la finquita de frutales a la pobre Beltza. Muchos dirán que peor están otros perritos y cierto es, no le falta comidad, pero añora el cariño diario del amo.
Hoy saldremos de paseo con Andrés, mi amo, pasaremos por el linde alambrado de la prisión de Beltza, nos pondremos tristes al ver como la pobre llora por su desgracia y como pugna por huir de su particular Alcatraz, como quisiera vivir como nosotras.
Por eso me ha confesado Frida que no quiere regalo de cumpleaños, onomástica o como coño le queramos llamar, ella está feliz con tener el premio diario de vivir en nuestra casa, con nosotras sus amigas perritas y gatunas, y sobre todo con los amos.
No obstante yo voy a pedir, a ladrido limpio, que nos hagan una paella de cumpleaños. El sentimentalismo está muy bien, los besos y los lametones son muestras de cariño muy placenteras, pero un buen arroz es capricho de los dioses y si además cae un poco de lomo o de jamón, pues de cabeza al paraiso.
También he querido poner una foto mía con Frida por los campos, para que todo el mundo sepa lo cabrón que es mi amo, que siempre me lleva atada, la pena es que no se me vea con el burka perruno, osea el puto bozal de los cojones. La verdad es que si voy suelta la lío, me puede ese maravilloso instinto primitivo milenario de cazadora paleolítica. Cuando me pega ese arrebato me pierdo, no sé lo que hago y lo mismo aparezco en Madrid. Pero bueno lo de la correa lo llevo más menos, pero el bozal no lo aguanto para nada, además el hijo puta pica, no me explico de que coño está fabricado. Os lo juro que ganas me dan de ponerselo al amo en los cojones, para que pruebe el gustazo que da ese picor infame, legión de ladillas histéricas acrilicas.
En fin os dejo, tengo sueño y hambre, pero no pienso comer el pienso de mierda, voy a montar un poco de lío y seguro que consigo la paella para el medio día.
PD: apago mi móvil, no quiero que la peña me dé el coñazo para felicitar a Frida, quien lo quiera hacer que me mande un mail, lo veré en mi blackberry. Un beso.


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