Buenos días amados, vaya día más estupendo que hizo ayer, por lo menos en mi pueblo. Tuvo suerte "la" Patricia que se casó ayer. Lo de "la" es una puta costumbre que tienen en este santo pueblo riojano de emplear, de forma incorrecta y constante lo que se denomina técnicamente el laismo. Como todo el orbe digital puede observar soy una adorable perrita de lo más culta.
La boda debió de ser un acontecimiento social de primera magnitud a juzgar por los caretos de esta mañana. Quien se lo pasa mejor que un tonto con un caramelo es el panadero, el hijo del panadero para ser más exactos, el del panadero de apellido aristocrático (no quiero dar más detalles no sea que me panifique). Este mozo, que ya va para mozo viejo, es además concejal, pero ello no le impide gozar de la fiesta como así se hacía desde tiempos inmemoriales, es decir sobrándose, ya sea con la comida y la bebida, con las gichas lo tiene más jodido. Empeño se toma en asediar la plaza femenina flamencona de la rug, pero me parece que mucho toro para poco novillero.
En fin, a lo nuestro, es decir a criticar, con virulencia, las gilipolleces de los sapiens que no entiendo el motivo de que siempre tienen que perjudicar, en mayor manera a las chicas.
El tema de los cuerpazos ya huele a mierda, ya vale de tanta publicidad, de tanto exceso con el potachop, con el mito de la eterna juventud que parece ser sólo tetas del calibre 105 por lo menos.
Ayer ví Informe Semanal, programa que de verdad me gusta y en el mismo, con rigor y seriedad, se trató el tema del abusivo recurso a la cirugía estética para moldear el body de acuerdo a un estándar que no lo cumple ni la Miss más Miss de las Misses (osea de las perdidas).
Adolescentes, mujeres de toda edad y condición se la juegan a manos de muchos cabrones sin titulación ni medios hospitalarios para implantarse dos bombonas de silicona. De 6000 a 9000 euros tienen la culpa, con eso es suficiente para alcanzar el paraíso de las tetas, ese nuevo Olimpo donde la belleza se mide por el tamaño y turgencia de los pechos, pero también infierno donde demasiadas mujeres son las paganas de la puta moda tetuda.
Además chicas hay que ser conscientes de una realidad, la belleza se mide de diferentes maneras y si hacemos caso a los cabrestros de los publicistas locales acabamos con las uñas retorcidas, los pies reducidos, el cuello en plan jirafa, la cara pálida o requemada, en definitiva que no hay cirujanos en el mundo para tanta operación.
Por contra la mayor parte de los tíos a lo suyo, es decir poco aseados y más bien penicosexuales.
Se impone cordura, gordura, flaqueza, lo que se tercie, que por mucho rollo no aparecerá el adonis que folla como un león sibarítico a nosotras, perfectas afroditas.
Dejemos la cirugía plástica para cuando sea necesaria y sobre todo antes de ponernos en manos de cualquier colega con bata blanca vamos a comprobar que está titulado, que las instalaciones reunen los elementos necesarios para que se pueda practicar una cirugía mayor. Pero sobre todo hasta que los colegas no se operen del miembro, ni una operación más de hipertetudismo, que siempre acabamos las mismas bajo tierra.
Un beso y que se la pique un pollo a los gilis de los publicistas, a los chicos que están todo el día mierando las tetas ajenas en vuestra presencia. Para los intrusos en el mundo de la cirugía el final en una foto de la Guardia Civil.
Me voy a sobar, pero alerta, hoy toca macarrones y siempre cae algún trozo de chorizo.
PD: mi amo hace todos los fines de semana la misma comida, Sábado paella, Domingo macarrones, es un clásico de los pies a la cabeza.
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