Buenos días adorados, cual ha sido mi sorpresa al ver esta foto del presidente de la República francesa con tan bella, lustrosa e hiperlimpia vaquita.
Dado el gesto tan amoroso, que para la rumiante, dedica el Napoleón del siglo XXI, da que pensar, quizás haya ya olvidado a su Josefina Bruni y esté pensando en organizar su vida marital por otros derroteros y es que este hombre es terrible en estas cuestiones.
Digo esto por mor de mi amo, ya que cada vez que vamos a la montaña, a las cumbres de la Demanda y ve a las rutilantes vacas y terneras pastando se le enciende la mirada. Son los maravillosos chuletones andantes que se contonean sin recato, por prados y laderas. En la gula también aparece la lascivia como elemento que distorsiona el buen hacer y el comportamiento inteligente y educado de los humanos. Yo les entiendo, a mí también me pone, en ocasiones más un buen filete que un adonis perruno, sobre todo por que no como otra cosa que pienso. Y en eso han de reconocer que me parezco a las vacas, pero yo no soy una vaca, soy una perrita, es decir un animal carnívoro, por lo tanto quiero reivindicar mi derecho al chuletón.
!Abajo el pienso y a la sartén la chuleta!
Pero como bien dice mi amo, más vale un buen muslo femenino que todas las chuletas del mundo, por eso se vuelve loco con las preciosas piernas de mi ama. Y es que no sólo de pan vive el hombre, por eso el galán francés, que de muslo italiano va sobrado, mira con lascivia a la buena vaquita.
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