Buenas tardes a todos los amados seguidores de este mi espacio, donde los universales valores deben prevalecer, aunque la actualidad, el ritmo de lo cotidiano no nos den precisamente muestra de ello.
Dos fotos, anverso y reverso de una misma moneda, los horrores de la guerra. Destruir para reconstruir, algo que desde luego no tiene ninguna lógica, máxime cuando se realiza a costa siempre del sufrimiento humano. No sólo las victimas son los combatientes, los soldados, los guerrilleros o los terroristas, la mayoría de las personas que sufren no portan ni armas ni uniformes, tampoco son politicos, son civiles, ciudadanos muchas de las veces sin ningún tipo de derechos, sobre todo niños y mujeres.
Por mucho que mi intelecto canino se esfuerce, jamás llegará a asimilar tan cruel paradoja sapiens, destruir para construir. Es el trágico destino de millones de Prometeos, de personas que no desafiaron a los dioses pero que fueron castigadas en el infinito de la historia por la guerra.
A todos ellos, mi aullido canino de desesperación. A sus verdugos, nada, ni siquiera el desprecio, la nada es el castigo eterno más atroz.
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