jueves, 7 de febrero de 2008

EL OJO SINIESTRO DEL GRAN HERMANO



Buenas tardes a toda la comunidad de seguidores de este espacio, donde gracias a la red podemos entrar en contacto variopintos seres y sensibilidades.
Hoy el tema va de Gran Hermano, no precisamente del bodrio de programa televisivo donde el ranking de gilipollez colectiva y mal gusto llega al climax de la máxima expresión. Más bien voy por el tema orwelliano, es decir por el control de las voluntades humanas.
Los japones que son un pueblo muy disciplinado, más amigo de la socialización que del cruel individualismo, se ponen de fumar ciegos. El gobierno de tan disciplinada y educada sociedad, con muy sensato criterio quiere controlar ese vicio criminal y suicida. Para ello el tabaco se expedirá vía maquinas, que funcionan con una tarjeta, una más. En la misma aparecen todos los datos del fumador, sea moderado, compulsivo o histérico. Datos que tienen como fin evitar que los menores puedan adquirir la mortífera droga. Hasta este punto todo perfecto, pero claro las susodichas tarjetas, además de impedir a terceros que compren tabaco a su libre albedrío, dejarán registro de lo que fuma, de la marca de tabaco que emplea el japonés de turno para suicidarse lentamente.
Pronto, con estos inventos, alguién, quizás un poderoso ordenador, en manos de no sabe quien, tendrá todos nuestros datos, vicios, apetencias, gustos, etc. etc.
Humanos, tener cuidado, que pronto os dan el soma y os joden.
¡Coño, si yo también llevo un chip debajo de la piel! ¡Será cabrón el Gran Hermano de los güevos!

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