martes, 27 de mayo de 2008

UNA MOSCA EN MARTE

















Buenos días amados, desde luego es mejor vivir en el mundo ideal, en ese tan precioso de la infancia, no hay cosa más maravillosa que ver a un niño anonadado ante una de esas maravillosas pelis de dibujos animados.
Los humanos tienen ocurrencias de lo más cachondas, como la de foto de la barbacoa, que debe ser de alguna merendola femenina, de esas que hacen las chicas cuando están quemadas de las gilipolleces de los machitos. ¡Qué mejor ocurrencia antiestrés que zamparse una salchica churruscada!
Los pobre chavales están de exámenes finales, es decir perdiendo el tiempo mientras la chicas estudian de verdad. Luego viene la megacateada, pero mientras disfrutando de las fórmulas matemáticas, que por cierto acaban con la ley newtoniana de la gravedad a juzgar por los desafiantes e hiperdotados pechos lucidos por esa relación de curvas que parece ser una señora estupenda.
En otras latitudes se utiliza la cárcel textil para cubrir, por entero a la mujer, para que sea un objeto de disfrute exclusivo del cabestro que en mala suerte le haya tocado por macho inseminador.
Los británicos siempre tan originales, alarde de sevillanas en pleno centro de Londres. Y es que no hay mejor manera para combatir el tedido anglosajón que importar bailes o demostraciones de alegría foráneas.
Por último una mosca en Marte.
Buenos colegis, que estoy cansa, me voy a sobar.




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