Buenos días amados, me quejaba del mal tiempo, pero la calor también tiene su miga, pero yo prefiero estar calentita y sobando como una reinona, eso sí, a la sombra como las multimillonarias pijas.
Ayer visioné, como dicen en los culebrones que nos llegan de allende de los mares, tres noticias tristes de solemnidad.
La chica de la primera foto, ese bellezón de tierras eslavas, ya no es más que portada de unas revistas para las que no volverá a posar. A los 20 añitos se ha quitado la vida.
La segunda foto inmortaliza el momento de la detención de un señora, en tierras del Irán, por mano de otras mujeres, el motivo: vestimenta que atenta contra la decencia.
En la tercera podemos ver el respeto con el que la gendarmería marroquí trata a las mujeres, en este caso una opositora al régimen del sátrapa aluita.
Como resumen, un verdera pena, como moraleja de estas tragedias cotidianas, que no sólo ocurre en las afueras de nuestro mundo hipercivilizado: respeto a los derechos humanos. Ya basta de tanta complacencia con estas bestias en nombre de no se qué gilipollez intelectual que denominan alianza de civilizaciones. La cultura no consiste en pegar de hostias a las mujeres, en deternerlas y azotarlas en la plaza pública en nombre de no se qué coño de moral. Pero también existen maneras más sibilinas de explotar a las mujeres, como ocurre en el mundo de la moda, donde el culto al cuerpo vacía cualquier otra vía de desarrollo humano.
Una vez más todas las perritas ladramos al unísono contra las animaladas bestiales de los humanos dirigidas hacia sus propios congéneres.
A toda esta cuadrilla de hijas e hijos de puta, que los manden a Plutón, quizás con las neuronas congeladas piensen como personas y no como engendros o abortos fisico-intelectuales.
Me voy a sobar, un beso coleguitas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario