martes, 17 de junio de 2008

LA PAZ DE LOS LAMAS





























Buenos días amados, hoy parece que quiere mejorar algo el tiempo, aunque la verdad no tiene muy buena pinta, pero vamos a confiar en los amigos de la Agencia Estatal de Metereología.
Ayer le pelaron a la pobre Hera, le cortaron el pelo como a los reclutas de los marines y encima la bañaron, una putada en toda regla. Menos mal que yo soy la favorita de la casa y me libré del baño. ¡Es genial ser la reina reinante de la casa!
Por la tarde, cuando mi amo llegaba a casa, rondaba por la misma gitana pedigüeña, de esas ancianas, o viejas putañeras como dirían los personajes de la Celestina, personajes de siglos pretéritos que perviven en esta España de millonarios en crisis. La picaresca nunca muere, pervive y lo seguirá haciendo mientras muchos de los humanos hagan del engaño y la desigualdad su leiv motiv.
Hoy en portada un unicornio, el animal mítico, de cuerno afrodisiaco. Otra de las paranoías de los humanos, la eterna virilidad. ¡Qué pena no saber envejecer o aceptar que el atletismo sexual es sólo para los deportitas del sexo, los actores porno!
Pobre fea cabra de tierras sauditas, pero como siempre os insisto la belleza está en el corazón y no es un simple consuelabobos, es la realidad.
Los bebecitos jugando, como esa pequeña jaguar que demuestra cierta agresividad, que en esta caso es natural, mientras que en los humanos es aprendida. El valor de la potencia genética en el comportamiento es indudable, pero la educación es la que aporta el verdadero contenido. ¡Cuidar la educación de vuestros niños, es el valor fundamental y estratégico para un buen desarrollo y sobre todo para una verdera paz social armónica!
No olvidar el amor, que tierna imagen la de la foquitas tomando en la playa una ración de almejas frescues.
Con amor y estudio se alcanza la paz, no la de los manolitos, la de los lamas, de los admirados monjes tibetanos, por los que mi amo siente verdadera pasión.
En fin, yo como el gatito de los lamas, a sobar en la paz de mi particular monasterio casero.
Un beso coleguitas.







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