Buenos días amados, continuo con mi cabreo hipermonumental, no hay derecho a rapar a una bella podenco como si de un delincuente de los antes se tratase. Sólo les ha faltado embardunarme de alquitran y revolcarme en plumas de gallinacea. Pero os prometo que me vengaré. Ahora estoy muy preocupada por mi piel, hace una calor de tres pares de cojones y el sol sacude de lo lindo. Sin pelo estoy sin protección natura cutánea, así que sólo me falta pillarme un melanoma.
Durante esta noche y como amo dormía de lo más inquieto, me he conectado a su bolo y me he quedado asustada. Hoy toca Consejo de los grandes jefes de la empresa donde se deja la piel mi amo, como les ocurre a millones de curritos de este país. Los jefes humanos son iguales en todo el mundo, cambian un poco en ciertos aspectos estéticos, pero en el fondo abisal todos pertenecen a la misma cuadrilla de comepollas. Con esto no pretendo criticar ni al sexo oral ni mucho menos a la electrizante mamada, o por ser más finos felación. En este caso me refiero a otra acepción de la citada expresión, que describe a esos personajes que de la adulación, el asentimiento sin fisuras, de la aclamación interesada al jefe supremo del momento, al que no dudarán en acuchillar como brutos en los idus de marzo cesarianos, hacen su forma de vida.
Esta cuadrilla de jetas, que no aportan nada, que parasitan en despachos, que se apropian del trabajo y de la propiedad intelectual de sus subordinados, que ríen las gracias de los capos y que no ofrecen más que tendencias y un sentido común un tanto especial, que consiste básicamente en no tomar ninguna decisión pero si fiscalizar las ajenas y sobre todo criticarlas, esos son los que asisten a los grandes consejos de los gurus empresariales.
Mientras los curritos como David contra Goliat, que fotos más majas, la del luchador infantil de sumo y la del niñito, con pistolas de juguete haciendo frente a un robusto marine.
También los políticos practican el cainismo político, estar atentos a la mamada colectiva que será el congreso de los gaviotos en Valencia.
Lo que no entiendo es como las autoridades no prohíben estas orgías pornográficas colectivas.
En fin que les den.
Me voy a sobar y queridos amigos curritos, ser felices y que no os amarguen las vida los parásitos.
Un beso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario