Buenos días amados, ya está una vez más vuestra perrita preferida en la red, aunque de milagro. La noche que he pasado ha sido de esas que los humanos denominan como toledanas. Mi amo parecía que tenía el baile de San Vito, además de estar empeñado en ahuyentar a todos los vampiros de La Rioja, ¡Vaya pestazo a ajos! Hoy me da al hocico que tendremos la segunda parte de la película exorcista nocturna, además aumentada y corregida. Ayer sólo cenó una pequeña parte de la inmensa cazuela de pulpo y ajos que se preparó, osea que como se la degluta entera hoy voy a tener que llamar a mis colegas marcianos para se lo lleven a Plutón.
Para más inri un bochornazo increíble aderezado con las tormentas sucesivas, en fin que con un poco de imaginación una se hace a la idea que está de vacaciones en el Trópico. Hoy parece que el tiempo atmosférico nos depara más de lo mismo. Pero bueno habrá que sortear el día de la manera más divertida posible, para eso estamos de finde, aunque hoy puede que o se acabe antes y dure un poco más, todo dependerá del resultado de la selección española de balompié.
Hoy os voy a contar un historia con principio triste, con desarrollo desalentador y con final trágico, la biografía de una chica de pueblo americana que casó con un multimillonario tejano de 88 años. La desgraciada Cenicienta yankee se llamaba Anne Nicole Smith, aunque creo que este era su nombre artístico. La chica era de natural mona, a los 17 años quedó preñada. Trabajó como camarera en esos sitios donde chicas tetudas que siempre mascan chicle sirven riadas de cafe aguachado a camioneros. Falditas cortas, cabellos platinos quemados, aburridas de que las desnuden cada segundo con la mirada, hartas de que les toque el culo el jefe, soñando con un principe azul que nunca llega, con ser las protagonistas de Pretty Woman.
No tengo ni idea como, ni que fue primero si el viejo petrolero o el Play Boy, pero la cuestión es que por ambas razones saltó a la fama, previamente se calcó unas tetas de muerte. Los bruitres y bruitas (homenaje sincero a Ibar-Etxe y Bi-Bi-Ana) de las prensa amarilla quisieron hacer de ella la nueva Marilyn Monroe, lo lograron ya que ambas tuvieron las misma muerte trágica. Otra banda de depredadores la quisieron colocar en el pedestal de la Venus de Hielo, la Chifer, pero con esos mimbres era absolutamente imposible. La mujer de pueblo estaba buena, era hortera visitiendo, la elegancia la dejaba en casa, en fin que la pobre no era más que un putón verbenero.
Pero seguro que de tonta no tenía un pelo platino, pero había que seguir adelante, siempre con las mismas armas, las tetas y el culo. Pelear en ese ring, día a día, tiene que ser agotador y sobre todo asqueroso. El hijo que tuvo en la adolescencia creció y una sobredosis de metadona se lo llevó al otro barrio. La madre no lo pudo soportar y siguió la misma senda, la misma sobredosis de la misma mierda sintética.
39 año y a la mierda, pobre Cenicienta del Medio Oeste.
Luego para que los gilipollas del marketing local nos digan que sin tetas no hay paraiso, lo que está claro es con hipertetas hay infierno, como ejemlo tenemos a otra hija de los EEUU, la Pamela Anderson, la Reina de las Pajas, el reclamo masturbatorio más recurrido.
Cambiando de tercio otra historia triste, está parece sacada de la imaginación de Charles Dickens, pero en versión asturiana. Mirar la foto de la cuadra donde vivían dos niños de corta edad.
La poli de Gallardon, el alcalde de Madrid que quiere llegar alcalde de toda España o rey de la República, se aplica con celo a perseguir al top manta, a los enemigos de la Sociedad General de Autores. A los ciudananos les cascan el canon digital por si delinquen haciendo copias en casa, a los negritos los achuchan unos polis que no tienen cojones con las mafias, ni con las bandas callejeras. Pero estas gentes se olvidan de algo muy importante, lo dice con ironía y realismo la camiseta de ese emigrante.
La última foto es encantadora, siempre las amadas mascotas en la cocina, con el amo, colaborando en la elaboración del papeo. A nosotras nos encantan estar con el nuestro cuando se pone en plan cocinitas, siempre cae algo rico rico.
Una microsiesta y luego a deambular por esos campos de dios como si fuesemos exploradores por territorios vírgenes.
Un beso coleguis.
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