sábado, 2 de febrero de 2008

SALIEGA Y SUS BEBECITOS

Buenas noches amados seguidores y admiradores rendidos de estas mis maravillosas ocurencias caninas.
Hoy, ya lo siento, os voy a defraudar, en esta entrada escribe mi amiga DUQUESA, la gata persa albina que reina en nuestra casa. En fin, dejemos que sea ella quien se explaye, pero sólo hoy.
Hola a todos los que pierden el tiempo con las estupideces que escribe esta perra podenco, plebeya y maleducada donde las haya. Espero que con mi comentario se eleve el nivel intelectual de esta página tan cutre, que no entiendo como permite mi amo. Es todo un cúmulo de sandeces propio de un can, de un mamífero bastante torpe y pelota, todo el día moviendo la cola esperando que les caiga un trozo de pan. Son bichos primitivos, aunque quizás la golden sea un poco más aristocrática, pero bastante pánfila. La galga se piensa que desciende de la Casa de Alba, pero más bien me parece que proviene de alguna cutre casa de pueblo.
Yo soy la verdadera aristocracia de la casa, nací en Austria, en la ciudad de Viena, capital que fue del Imperio Austro-Húngaro, hablo varios idiomas, pero normalmente maullo en alemán, lengua que los gatos callejeros del pueblo no entienden, y como son tan catetos por eso me respetan. A las perras de casa las traigo a raya, sin estridencias, simplemente mostrando las diferencias que ya desde la cuna nos separan. La nobleza es algo que se lleva en los genes y por ello se destila sóla, sin necesidad de estar constantemente demostrando la pureza de la sangre.
Pero a pesar de todo, donde el donaire y el señorío se muestran es con la educación, que se adquiere a través de los padres, los maestros y los libros. En ello insisto a los hijos de mis dueños, Joseba y Geiby, y me molesta cuando se muestran indolentes ante los libros. No quiero que nadie piense que soy como una especie de institutriz decimonónica, pero si que me gustan los humanos educados y con grandes dósis de sentido común y de humor inteligente.
Bueno a lo que vamos, en la foto aparece la lince SALIEGA con sus bebecitos. Vaya porte que tiene la familia, aunque sean oriundos de los campos de Huelva, el Parque de Doñana. Los linces son felinos maravillosos, preciosos, pero como los rubíes escasos y de gran valor, no sólo para los humanos que los cuidan, también para los salvajes de los furtivos. Su población está la borde de la extinción, por ello el alumbramiento de bebecitos es una gran noticia. Muchos años han tardado los humanos en comprender que el lujo de los linces prontó sería un recuerdo si la presión de los sapiens no se mitigaba. Estoy segura de que la madre SALIEGA los educará en los sacrosantos valores del mundo animal. Es una pena que en la Universidad de los sapiens no se expliquen como elementos básicos y fundamentales de la Humanidad.
Os dejo, me retiro a mis aposentos que los perros ya empiezan a babear hambrientos. ¡Qué elementos más primitivos!

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