sábado, 30 de mayo de 2009

EL INVERNO A HIBERNAR

Buenos días amados, ya está aquí la canícula, y ya parece que por fin, en las latitudes más septentrionales de esta España, el invierno se ha retirado a sus cuarteles de invierno.
A mí, personalmente, o mejo dicho y con más propiedad, animalmente o caninamente me da igual, soy una perrita todoterreno, que además no contamina ni quema combustibles fósiles, con mi calefacción biológica me sobro. En cambio a mis amos no, prefieren el sol y el calor, o por lo menos eso dicen en invierno, pero cuando Lorenzo casca, añoraran las nevadas del invierno, y es que eso son muy humanos, nunca están conformes con nada. La realidad es que si hace buen tiempo las perritas de la casa lo pasamos mejor, también la vieja gata consentida que con nosotras vive, y que como es la más antigua del lugar parece que bula tiene, y ocupa las colchonetas, bebe de nuestra agua, con el asco que me da, pues la canta la boca que vomitonas arcadas me produce. Ya me he perdido, decía que si no llueve y hace una temperatura más o menos nos dejan al salir al jardín, donde Frida y yo no los pasamos de puta madre, incordiando a todo el que pasa, a ladrido limpio, para que se jodan, que bastante nos joden a los animales. También salimos de paseo por el campo, cosa que se fastidia si llueve, pues como Hera es una patosa, se mancha y viene a casa como una guarra, y entonces mi ama se cabrea con mi amo, que siempre nos deja hacer lo que nos da la gana, es decir que le tomamos el pelo, que nos descojamos de él y le tomamos, literalmente por el ladrido de un sereno perro guardián.
Pero el buen tiempo trae también plagas, siendo la más peligrosa, incluso más que las garrapatas, la llegada de los urbanitas, de los especialistas en meter ruido, consumir recursos naturales como si fuesen infinitos, especialistas en limpiar el coche en la calle, total un pueblo es un pueblo, y como aquí no hay guardias municipales y tampoco colegas de la OTA que pongan multas, pues ancha es Castilla y todo el monte es orégano. En resumen, gente que incordia, que molesta, que mancha, que consume compulsivamente naturaleza y que no reporta a ella más que mierda. Pero con ello hay que convivir, debe ser el precio que tenemos que pagar los animales por el progreso, que para mí se produce en el regreso, es decir cuando la mara de urbanitas se marcha, a su puta casa de 90 metros, a su puta ciudad y nos deja, a los rurales en la paz del campo.
Ayer, sin ir más lejos, apareció el compulsivo adorador de la inútil hierba del jardín, osea el vecino, un urbanita bilbaíno, muy europeo él, dicen que picapleitos, osea un tipo de que vive a cuenta de las hostias que se dan sus semejantes, inaudito, dicen que muy bien educado, de una familia bien, de esas de Bilbao de toda la vida, osea un quiero y no puedo, más feo que pegar a un padre y más tonto que el gorila Mangila de los dibujos animados. El jeta parece que no trabaja mucho entre semana, pues al pueblo viene a trabajar, y se desloma el gilipollas a cuenta de la mierda de jardín que tiene, donde pasa todo el verano, sin gastar ni un puto duro en el pueblo, la cervecita comprada en el Erroski y poco más. Pues ayer cayó sobre las 9 de la noche, en compañía de su estirada mujer, que más bien parece sacada de la serie televisiva de los monster, cacatúa norteña, fea como un demonio, mandona como la que más, y quizás presionado por señora tan desagradable, el vago entre semana, se puso a cortar el césped a las 9,30 de la noche. Como tiene una máquina que ni para depilarse los sobacos vale, el carachorra estuvo hasta las 11 de la noche metiendo ruido, como si en ello le fuese la vida, seguro que en el curro no es tan diligente, pero vamos, con toda seguridad. En fin, menos mal que es un tipo educado, que si llega a ser un gamberro ya no podemos mudar a tierras más silenciosas.
Ayer cace la primera pieza que como tal se puede denominar de la temporada, una culebra de más de 50 cm, según mi amo, a mi el tamaño no me tiene obsesionada, mi ama el correspondiente ataque de nervios, yo más feliz que el bomba.
También ayer fue el día en el que le cortaron a Hera el pelo, sin consultar, total es un perra Golden, y como todo dicen que le da igual, lo cual no es ni media verdad, pues a pelarla. Me temo que a mí me queda un telediario para pasar, como todos los veranos, por la vergüenza de parece un pollo desplumado.
Bueno coleguitas, os dejo, tener cuidado con el sol, que hoy va a zumbar de cojones.
Un beso y a ser buenas, pero de verdad.

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