Y hoy el último día del año, se acaba el 2007 y no es cuestión de empezar, ahora al final, a repasar lo que fue o hacer futuribles de lo que puedo haber sido. Como historiadora que lo soy, no puedo elucubrar, ni pretender reconstruir lo que no fue. Por ello, por carácter optimista por naturaleza, prefiero hacer tabla rasa y enfocar, energías y pensamientos hacia el futuro que todavía está por construir en este año que nos viene. Tenemos todo el futuro de la Historia por delante, un libro totalmente en blanco, donde podemos escribir, con tinta azul o con rasgos en el color de la sangre y el sufrimiento. Seamos inteligente y focalicemos nuestro quehacer diario en procurar que este, nuestro planeta azul sea más habitable, un espacio común para todos, humanos y los millones de especies que vivimos en este ámbito de tan variada y maravillosa biodiversidad.
Pero para hacer de la Tierra un espacio de bienestar sostenible, es imprescindible que las relaciones humanas se funden en el denominador común de la PAZ. En ausencia de agresiones cainítas se puede progresar, la cultura, la medicina, la tecnología se pueden universalizar y poner al servicio del hombre, no del capital sólo interesado en reproducirse y concentrarse en unas pocas manos ávidas del poder por el poder.
En mi visión a cuatro patas no soy capaz de comprender como el hombre se empeña en autodestruirse, a su especie y a las demás, como se desvive en explotar y aniquilar a sus semejantes, como destina la mayor cantidad de sus recursos a crear gigantes organizaciones militares. Mi amo fue militar, de esos del servicio militar obligatorio, tuvo suerte ya que su regimiento, del PONTONEROS DE ZARAGOZA, estaba enfocado, además de a los aspectos bélicos, a dar soporte a la sociedad civil en ocasiones de emergencia: inundaciones o incendios. Por eso le gustan las boinas azules de la ONU, esos militares que luchan por la paz, que dan asistencia primaria en situaciones de conflicto bélico, que mueren por interponerse entre las balas de los contendientes.
Ahora hay muchos neocons, que en España empiezan a florecer, sin mucho criterio y como meros loros del discurso más radical integrista liberal norteamericano, que cuestión la función de la ONU, incluso su propia existencia. Mi amigo Andrés, es de esos que cree en las organizaciones supranacionales, mucho más que en el centripetismo balcanizante, me recuerda que en la Guerra Fría, cuando dos bloques se disputaban el control del mundo, la ONU era para muchos ciudadanos del mundo la esperanza. Hoy caído, felizmente el comunismo, la ONU sigue siendo la organización donde se pueden integrar todas las naciones, donde el pacifismo puede florecer, al igual que la verdadera cooperación internacional.
Yo como perrita, ciudadana del mundo, creo también en la ONU, en los ejércitos de la paz, en las boinas azules de la concordia, por ello deseo para este año 2008: PAZ, cuyos sinónimos son la cultura, el desarrollo y el bienestar. PAZ PARA TODO EL MUNDO.
Como guinda, una perla, para meditar un poco:
"Hoy estamos ante un nuevo tipo de guerra: si en la Primera Guerra Mundial por cada siete soldados abatidos moría un civil, hoy a finales del siglo XX, la proporción ha dado un giro de 180º: por cada soldado abatido mueren siete u ocho civiles. ¿Quién es soldado y quien civil? Hoy paradójicamente, resulta mucho más fácil sobrevivir estando en el ejército. Otra de las paradojas de nuestro mundo. ¿Y a quién golpean todas estas guerras? ¿Quién muere en ellas? MUJERES Y NIÑOS". El mundo de hoy. Autorretrato de un reportero. Ryszard Kapuscinski, página 114.
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