MIS COMPAÑERAS DE FATIGAS (II)

Buenas noches queridos lectores de estas mis andanzas por La Rioja.

Es fácil deducir que la jornada ha sido dura, primero hemos tenido que soportar el paseo matutino a varios grados bajo cero, después el justo relax hasta la hora de la comida, una breve meadilla y la siesta (el mejor momento del día, como dice nuestro amado y respetado dueño), despertar brusco y otra vez marcha legionaria por los campos de la Villa de Casalarreina. Por fin se han metido todos a la cama, bueno Andrés está leyendo un libro de José Antonio Marina, arquitectura del deseo o algo así, doña Frida, que es la galga ya está a la vera de nuestra dueña, Elena, durmiendo en su habitación, Hera, la golden, sopa en la alfombra de salón, yo procurando meter poco ruido al teclear en el ordenador de mi amo. Cuando termine esta entrada, me conectaré un rato a sus neuronas, tenemos telepatía, pero sólo en sentido perro-humano, así que el no tiene ni puta idea de lo que pienso y yo, por el contrario navego con plena libertad por todo su sistema operativo. Si el libro ese que está leyendo en un coñazo, pongo la telepatía a hibernar y paso del tema hasta que emita otra señal más estimulante.

Bueno, al grano, aprovecho esta foto para presentaros al trío perruno al completo, a mi ya me conocéis, por lo tanto mi autopresentación sobra.

Por la izquierda, doña Frida, la galga que trajo mi amigo el 29 de abril de este año, vino en régimen de adopción a través de SOS GALGOS. Por lo que nos ha contado ella misma las pasó muy putas, al principio no nos quería contar nada, se limitaba a languidecer, a la vez que agradecía, en silencio, el tenernos a nosotras por compañeras y sobre todo el haber encontrado un casa donde todo el mundo se desvivía por ella. Viene del entorno de la caza, donde la vida puede ser relativamente placentera en la corta vida del éxito, luego, para las perras, los partos, el maltrato y el abandono. No gusta de recrearse en su propia desgracia, pero basta un detalle ilustrativo de lo que tuvo que pasar: le faltan varias muelas, consecuencia de un golpe y no precisamente causado por un accidente, más bien parece tener el sello de la mala baba humana. Al principio la presencia de cualquier humano le producía crisis de pánico, sobre todo si de hombres se trataba, señal inequívoca de quien fue su maltratador. Ahora ya lo va superando, incluso, arropada por nosotras, planta cara y ladra a quienes no considera personas dignas de confianza. Como siga por este camino me quita el título de guardián oficial de la familia, pero no me importa, prefiero que ladre a verla temblarse compulsivamente de miedo. Es una perra valiente y no es nada friolera, mi amo le compró una especie de abrigo de neopreno, pero ella no lo usa, prefiere combatir el frío con el trote y la carrera por las fincas. No sabemos su edad, quizás puede que tenga sobre las siete primaveras, pero ella no se acuerda, antes nunca sus dueños celebraban sus cumpleaños, ahora el suyo será todos los 29 de abril de cada año. Su nueva buena suerte es gracias a la labor de los voluntarios de SOS GALGOS, en particular de MARTA, su ángel de la guarda y aunque cada vez que viene a verla, Frida se hace la loca, cada noche reza para que MARTA sea feliz y siga pudiendo rescatar galgos del maltrato y el abandono humano. También recuerda a GABRIEL, el marido de MARTA, chófer de tantas idas y venidas para dar paz a los galgos.

A su derecha, Hera, la madre de todos los dioses (es que mi amo es un tanto cultureta clásico), una preciosa Golden, top genético, un purasangre, vino desde las lejanas tierras de Hungría, así que comparte imperio con la gata. Tiene un carácter maravilloso, es la perra más antigua de la casa, y aunque quiere ser un perro alfa, es incapaz, de tan bondadosa que es, pelearse por la colchoneta, e incluso por la comida. Es como una madre que consiente todo a sus cachorros, en ese aspecto estamos un poco maleducadas, ya que abusamos de su buen corazón, sobre todo yo, que cuando tengo frío no me corto y duermo encima de ella. Hera es la Reina de Corazones de la Casa, por eso, por tener un corazón tan puro, que hasta el oro palidece ante su natural nobleza.

Bueno, por hoy os dejo, ser felices.