lunes, 8 de diciembre de 2008

PASEO ESPINOSO




Buenos días amados, llueve que te llueve y el cielo de color perennemente gris plomizo, en resumen días de los más sugerentes, para la melancolía, para sobar, para leer un buen libro o para degustar una película como Dios manda. También para encamarse felizmente en buena compañía, no en multitud que eso ya es vicio orgiástico, aunque de vez en cuando una buena transmisión del fluidos en multicompañía tampoco debe estar tan mal.
Yo de sexo lo justo, osea nada, cuando estoy en celo me recurren en el gineceo casero y ajo a agua, pero el día que pueda evadirme de la prisión antilíbido la armo. Palabra de perrita podenco.
Los paseos durante estos días lluviosos son un verdadero coñazo y nada emocionantes. Con eso de que Hera se mancha no nos llevan por el campo, así que nos privan, por el artículo de la limpieza, de hollar las viñas y fincas por las que pululan conejos, liebres y ratoncillos de bocado.
Ahora que para paseo chungo el del hombre y su hijo allá por Palestina, para cruzar la calle tienen que sortear una alambrada de espinosos rizos.
Tampoco entiendo como las misses siempre lloran cuando logran su objetivo de llegar a ser la hembra más cotizada de su zona geográfica. Supongo que lo harán movidas por una pena inmensa sobre sí mismas, por saberse objetos en mundo masculino, donde mandan los pechos, las caderas y las cadencias al andar semidesnudas.
En Afganistán no impera la democracia, tampoco se respeta la vida ni se garantizan las condiciones mínimas para llevar una vida digna. Pero si se ha levantado el veto talibán que existía sobre la prohibición de peleas de perros. Enhorabuena para los gestores internacionales del futuro post talibán, si eso son lo único que son capaces de hacer, se podrían ir directamente a tomar por saco, a la mierda.
En resumen, se acaba el puente, ojo con la vuelta al cole, cuidado en la carretera y un consejo, ser buenas.
Un beso coleguitas.


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