Buenos días amados, ¿qué tal el finde?, supongo que os habrá ido bien y que lo habréis pasado estupendamente, y es que ayer hizo un día precioso, hoy también parece que viene bueno.
Nosotras ya hemos dado nuestro paseo matinal, hoy en compañía de mi amo, que el pobre está de paro, es decir, de fiesta forzosa, de momento los lunes al sol, en eso que llaman los humanos el ERE. Esperemos que la cosa no vaya a más y en lugar de estar un día en casa, al hombre me lo jodan todavía más. En solidaridad con él, y con toda la familia, pues cuando veas las barbas de vecino pelar, pon las tuyas a remojar, voy a dejar de protestar por la comida, por el infecto pienso que le venden a mis amos los bacterias veterinarios, así doy muestra de saber apretarme, yo también el cinturón, que en mi caso será el arnés hortera con el que de paseo me sacan.
Entre semana es una gozada pasear por el campo, no hay nadie, bueno no exactamente. Hoy concretamente nos hemos cruzado con una furgoneta de esas que van atestadas de currantes del ladrillo, que andan por la zona haciendo zanjas, que mi amo supone serán para ampliar el regadío. Pues lo tíos iban a toda castaña, como si en lugar de maestros paleta, hubiesen mudado de oficio por el asistentes del servicio de urgencias, y en lugar de ir montados en una hurgona más golpeada que la cama de loco, fuesen en una de esas ambulancias medicalizadas que los humanos llaman de soporte vital básico. Como les encanta a los sapiens poner denominaciones rimbombantes a cosas tan sencilla como auxiliar a otros humanos que están jodidos, pero de verdad.
También andaban por el campo los señores agricultores, en concretos los regalaris, que es como mi amo llama a los que tienen fincas que dedican al regadío, que básicamente consiste en montar auténticos pantanales en sus propiedades y en encharcar los caminos de parcelaria. Luego dicen que el agua es un bien escaso, que hay que tener una actitud de consumo razonable, y en eso debe quedar en tener actitud, por que lo que es en la práctica, todo lo contrario, por lo menos eso es lo que en el campo se ve cuando entran en acción los aspersores de los regalaris, que repito, la mitad del agua al camino, donde todavía no he visto plantadas no vainas, ni guisantes, ni patatas, ni remolacha, ni nada de nada, sólo piedras que con los todoterreno hacen saltar de un lado para otro, hasta que a alguno le den en la chola, amén de montar una polvareda que convierten al camino en un desierto azotado por una tormenta de arena.
Por lo demás bien, ahora a dormitar un rato en la colchoneta y a ver a mi amo, pululante por la casa, intentando entretenerse en las faenas domésticas, y supongo que luego acompañando a mi ama al Eroski.
Lo que no acabo de entender es como si su jefe al paro lo manda no hace más que el móvil sonar, y es que según quise oír en una conversación que tenían mis amos a cuenta de esta mierda del ERE, el cabrón del jefe les dijo que aunque estuviesen en el paro currasen desde casa, que para eso tenían móvil y ordenador de empresa. Yo de estas cosas no entiendo nada, pero me parece de una caradura impresionante que te manden al paro para luego hacerte trabajar.
En fin coleguitas, de gentes caraduras, sinvergüenzas, aprovechateguis e inmorales, está el mundo de lo humanos lleno, y luego la boca les desborda de constantes referencias a la responsabilidad, a la honradez y no se que más ración vomitiva de absurdas mandingas.
El jefe de mi amo seguro que no lee este blog, no me extraña, es para gente inteligente, no para laureados por la facultad de los HP, que no es una marca de ordenadores, y de la culpa no tienen sus santas madres, aunque es habitual que enmierdadas acaben por culpa de sus angelitos hijos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario