Buenos días amados, hoy un día de respiro, que ayer cascó, por lo menos en mi pueblo, hasta los 38ºC, o eso es lo que a las 5 de la tarde puedo oír que decía el “tetas”.
El “tetas” es un veraneante, de esos que la gozan dando por ahí, poniendo en marcha la cortacésped a horas intempestivas, por ejemplo cuando una está tan ricamente sobando en la siesta. El “tetas” es el mote que tiene, aquí en el pueblo no se libra ni Blas, y viene a colación de que, a pesar de ser un sapiens macho, tiene unas ubres, colgantes eso sí, que son de escándalo, un top less que en verano es el más poderoso de la urbanización, incluso más que el de “lasdepiedra” que es una chica operada salvajemente de esos que los horteras de entre los humanos llaman busto, pero todos entienden como tetas de puertas para adentro.
Bueno a lo nuestro, hoy en el paseo nos hemos encontrado con el “chaquetas” un jubilado muy sui generis, como casi todos, especialista este, como casi todos, en depredar todo lo que atisban como comestible en la naturaleza, y cuando digo todo es todo, pues hoy al buen hombre lo hemos pillado, nada menos, que comiendo guisantes de una finca. Supongo que sería para matar la ansiedad que producen los disgustos sentimentales, pues el bueno del “chaquetas” llevaba encima uno de órdago, y no es que hubiese tenido pendencia con la sufrida madre de sus hijos, algo normal, pues para dominar el carácter indómito, libre y agreste de este sapiensa, hay que tenerlos bien puestos, pero que muy bien, aunque seas una hembra. El “chaquetas” estaba jodido, pero de verdad, algún capullo le ha mangado a su sombra, que era un perrito pequeño, uno de esos que dicen Tomás, que son de raza plis plas, pues lo mismo andan para adelante que para atrás, osea un can de raza más bien indefinida, pero compañero fiel del “chaquetas”.
El perrillo plis plas fue fruto de un parto múltiple de una desgraciada perra, de esas que dejan sueltas en verano y de la que nadie quiere saber nada. La pobre parió a la vera del río, y el bueno de Tomás se encargó de colocar al fruto de un mal polvo de una noche de verano, y unos de ellos le tocó al “chaquetas”, y desde entonces formaron una de las parejas estables mejor avenidas de todo el pueblo.
Por eso hoy el “chaquetas” esta triste, melancólico, desconocido, y quizás por ello mataba la ansiedad comiendo, en la finca, guisantes de otro.
En fin, si alguno sabe del paradero del perrito plis plas del chaqueta, por favor que contacte con este hombre, que de verdad lo está pasando mal, pero que muy mal.
Bueno os dejo, disfrutar del domingo y cuidar de vuestras mascotas, de vuestros hijos, de vuestras mujeres, de vuestros maridos y hasta de los vecinos veraneantes, que como el “tetas” os joden la siesta, ya falta poco para retornen a sus ciudades.
Un beso coleguitas.
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