Buenos días amados, os he tenido mucho tiempo abandonados. Lo cierto es que he pasado una temporada absolutamente desconcertada, incapaz de escribir una línea. La crisis me ha dejado fuera de combate. Es algo que ni entiendo ni entenderé.
Antes de la vacaciones de verano todo era perfecto. Los humanos se lo pasaban de puta madre gastando. Los que tenían un coche querían dos, uno de ellos todoterreno. Si vivían en un piso anhelaban una chalet y una casa en el pueblo. Un ordenador no era suficiente, había que pillar un portátil enano y con wifi. Y así hasta el infinito. Hasta el presidente, ese que debe ser el último de la fila, pues le llaman Z, dijo antes de irse de vacaciones aquello de “a consumir”.
Vuelve la peña de vacaciones, más tiesos que la mojama después de gastarse la tela en paellas, discotecas, tragos y viajes por lo largo y ancho de este mundo y se produce la hecatombe. El amigo euribor deja de serlo y se vuelve un cabrón, los bancos dicen que se van a tomar por el culo y nos cagamos de miedo ante el corralito. Los humanos no pueden pagar las múltiples hipotecas, la fiesta se termina y empiezan los llantos y el rechinar de dientes.
Pero lo curioso de esta crisis es que los tipejos de los bancos, esos que han montado el lío, se van de rositas, con unos sueldazos de faraón. Dice mi amo que hubo una gran crisis, allá por el año de 1929, en la que los banqueros arruinados se tiraban por la ventana en aquel viernes negro. Ahora no se tira al vacío ni Blas, como mucho se follan a sus queridas hipertetudas. Los gobiernos se apiadan de ellos, les dan miles de millones de euros (yo con esas cifras me mareo, mi pienso vale 60 euros y me dura dos meses). Lo curioso es que la pasta la sacan del bolsillo de los que están jodidos con el euribor y encima a los paganos los ponen en la puta calle con eso que llaman el ERE.
Los ERE para mí no son más que para limpiar las grandes empresas, y por contagio todas, de la peña que tiene sueldos altos y dejar sólo a los mileuristas. En fin una manera para que los ricos sean más ricos y los incautos que se pensaban que eran ricos, los del chalet y el todoterreno, pasen a la categoría de emergentes, es decir a cobrar mil euros de mierda.
Los sindicatos ni se menean, están acojonados, no sea que les salpique la mierda de crisis y los manden a todos a trabajar. Hasta el Bush está giñado y suelta dólares para los jetalaris. De los poceros no sabemos nada, quiebran, hacen suspensiones de pagos y nadie les dice donde han guardado la tela que han mangado, a espuertas, durante años.
En resumen, una puta vegüenza.
Mi amo, que está como una puta regadera, ha escrito un libro, con dos cojones como diría el macarra de Torrente. Yo me lo he leído y es una locura, para partirse el eje, aunque expone verdades como puños. No se hará rico, pero el tío se ha descojonado de lindo escribiendo su opera prima.
También le ha dado por no ir a los bares, lleva un mes sin soplar. Dice que no los vuelve a pisar hasta que se acabe la crisis. No sabe lo que le espera. Está inmerso en economía de guerra y como ejemplo si cena diaria: 5 aceitunas, dos manzanas y medio queso. ¡Está más loco que el chivo de la Legión!
Antes de la vacaciones de verano todo era perfecto. Los humanos se lo pasaban de puta madre gastando. Los que tenían un coche querían dos, uno de ellos todoterreno. Si vivían en un piso anhelaban una chalet y una casa en el pueblo. Un ordenador no era suficiente, había que pillar un portátil enano y con wifi. Y así hasta el infinito. Hasta el presidente, ese que debe ser el último de la fila, pues le llaman Z, dijo antes de irse de vacaciones aquello de “a consumir”.
Vuelve la peña de vacaciones, más tiesos que la mojama después de gastarse la tela en paellas, discotecas, tragos y viajes por lo largo y ancho de este mundo y se produce la hecatombe. El amigo euribor deja de serlo y se vuelve un cabrón, los bancos dicen que se van a tomar por el culo y nos cagamos de miedo ante el corralito. Los humanos no pueden pagar las múltiples hipotecas, la fiesta se termina y empiezan los llantos y el rechinar de dientes.
Pero lo curioso de esta crisis es que los tipejos de los bancos, esos que han montado el lío, se van de rositas, con unos sueldazos de faraón. Dice mi amo que hubo una gran crisis, allá por el año de 1929, en la que los banqueros arruinados se tiraban por la ventana en aquel viernes negro. Ahora no se tira al vacío ni Blas, como mucho se follan a sus queridas hipertetudas. Los gobiernos se apiadan de ellos, les dan miles de millones de euros (yo con esas cifras me mareo, mi pienso vale 60 euros y me dura dos meses). Lo curioso es que la pasta la sacan del bolsillo de los que están jodidos con el euribor y encima a los paganos los ponen en la puta calle con eso que llaman el ERE.
Los ERE para mí no son más que para limpiar las grandes empresas, y por contagio todas, de la peña que tiene sueldos altos y dejar sólo a los mileuristas. En fin una manera para que los ricos sean más ricos y los incautos que se pensaban que eran ricos, los del chalet y el todoterreno, pasen a la categoría de emergentes, es decir a cobrar mil euros de mierda.
Los sindicatos ni se menean, están acojonados, no sea que les salpique la mierda de crisis y los manden a todos a trabajar. Hasta el Bush está giñado y suelta dólares para los jetalaris. De los poceros no sabemos nada, quiebran, hacen suspensiones de pagos y nadie les dice donde han guardado la tela que han mangado, a espuertas, durante años.
En resumen, una puta vegüenza.
Mi amo, que está como una puta regadera, ha escrito un libro, con dos cojones como diría el macarra de Torrente. Yo me lo he leído y es una locura, para partirse el eje, aunque expone verdades como puños. No se hará rico, pero el tío se ha descojonado de lindo escribiendo su opera prima.
También le ha dado por no ir a los bares, lleva un mes sin soplar. Dice que no los vuelve a pisar hasta que se acabe la crisis. No sabe lo que le espera. Está inmerso en economía de guerra y como ejemplo si cena diaria: 5 aceitunas, dos manzanas y medio queso. ¡Está más loco que el chivo de la Legión!
El que lo lleva jodido es el Agberto, el hombre se dedica a poner dientes. Se ha forrado colocando aparatos, pero ahora no vende ni una escoba.
Yo por lo demás a lo mío, a pillar ratones, nueces y todo lo que sea comestible. El pienso es una puta mierda, más que los gipollas del club ese del G20+X.
En fin chicas, follar que me parece que es lo único que nos queda. Pero ojo, siempre eligiendo al maromo con cuidado, de lo contrario vale más un apaño con el vibrador.
Ser felices.
Yo por lo demás a lo mío, a pillar ratones, nueces y todo lo que sea comestible. El pienso es una puta mierda, más que los gipollas del club ese del G20+X.
En fin chicas, follar que me parece que es lo único que nos queda. Pero ojo, siempre eligiendo al maromo con cuidado, de lo contrario vale más un apaño con el vibrador.
Ser felices.
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