Buenos días amados, hoy voy a darle una alegría a mi amo, que con la edad está ya más infantil que una de aquellas viejas pelas de cromos.
Hoy quiero comentar uno de sus mejores recuerdos de la infancia, cuando era un niño y con cuatro añitos fue a un colegio de monjitas.
Mi amo se pone como una fiera cuando en conversaciones de bar, en reuniones familiares y demás eventos sociales, las chicas, más bien la talluditas contemporáneas, ponen a parir a las monjas. Para ellas parece que fue una época de represión realizada por mujeres castradas en el voto religioso contra pollitas cuyas hormonas empezaban a sublevarse.
En cambio para mi dueño fue todo lo contrario, las monjitas eran unos seres celestiales, las hermanas mayores que no tuvo, cariñosas en extremo y pacientes correctoras de trastadas infantiles, con más mano izquierda que derechazo contundente masculino.
Cierto es que tuvo, no sé si se puede calificar de suerte, unas monjitas como maestras muy jóvenes, casi niñas que quizás en los pequeños encontraban espacio humano donde desbordar un amor y cariño que no permitía más mundaneidades.
Fuere lo que fuese lo cierto es para mi amo, en la infancia, las monjitas fueron los ángeles femeninos, aunque algunos se sigan empeñando, hoy en día en discutir el sexo de los ángeles.
Un beso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario