martes, 16 de septiembre de 2008

CARNET POR PUNTOS

Buenos días amados, ya estamos otra vez con el drama de la vuelta al cole, aunque quizás lo más jodido sea, como en todas las cosas de la vida la primera vez.
Yo como soy una perrita me libro de estas chaladuras de los humanos, que se empeñan en dejar la educación en manos ajenas. Este es uno de sus grandes errores, y de esos polvos luego vienen esos lodos.
Hay cada vez más gamberros, cachorros a los que nunca se les ha negado nada, unigénitos caprichos que montan líos en todas partes, sobre todo en los espacios públicos (en su casa como si se la pica un pollo). Los tiernos infantes no respetan nada, sólo al instinto de su propia voluntad caprichosa y los padres, como gilipollas, dejando que el asilvestrado haga lo que sale del pito o de la potxeta. Y es que la educación no es un tema del colegio, es un asunto vital que por eso mismo debe ser responsabilidad de los padres, aunque si una se fija en los progenitores es como para mear y no tirar ni gota.
Con esos mimbres de gentes que no leen ni el as, de chicas que con ponerse una camiseta, dos tallas más pequeña, y "lucir" cuerpo, tatuajes y chatarrería soldada a la piel, poco se puede esperar, sino el efecto multiplicador del mal gusto y la gamberrada chavacana.
Si a todo este cóctel añadimos la dejadez en los responsables de las aulas, pues la está la bomba incendiaria servida.
El problema de raíz es que se ha perdido el uso del no y sobre todo se ha olvidado, parece que para siempre, que la libertad de uno termina cuando empieza la del otro. Simple razonamiento de sentido común que no puede ser asimilado por millones de humanos sin sentido.
Abogo por un carnet por puntos para padres, pero si lo implantan me parece que los huérfanos legales serían legión. Tampoco estaría de más hacer un exámen antes de fecundar un óvulo, veriamos la olímpicas cateadas hasta en la convocatoria de gracia.
En fin que os sea leve y si os encontrais con la familia gamberra, mirar a otro lado, lo que pueda producir displacer es mejor obviarlo.
!Viva el hedonismo!

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