domingo, 30 de diciembre de 2007

DIABETES MELLITUS: LA MANTIS SILENCIOSA




Buenos días adorados fans de este blog perruno, hoy cambiamos de tema y nos vamos hacia aspectos sanitarios, como podéis comprobar soy un podenco todoterreno, en gran medida también por mi especial sensibilidad femenina.

Mi ama, mi amiga, mi protectora, es diabética y gran parte de su vida cotidiana gira en torno a esos artilugios que he fotografiado: la insulina, dos tipos: lenta y larga, el aparatejo para medir puntualmente la glucosa en sangre, el boli mágico para inyectarse la dosis adecuada y el peso, para saber con exactitud los carbohidratos de cada ingesta alimenticia. También utiliza las matemáticas, para que luego digan los chavales que no sirven para nada, al objeto de realizar la conversión de carbohidratos en dosis precisas de insulina.

El tipo de diabetes que tiene mi amiga es de rango I, es decir que su páncreas no segrega ni gota de insulina, también se la conoce como juvenil, ya que se manifiesta, aproximadamente, entre los cero años hasta la cuarentena. Su origen no está nada claro y a mi protectora se le manifestó a los 6 meses de dar a la vida a su primer hijo, Joseba, de ello hace ya más de 16 años.

Gracias a su gran fuerza de voluntad hace una vida perfectamente normal, muy activa, quizás excesivamente, yo que soy de naturaleza perrita hiperactiva, llega incluso a cansarme, que ya es decir. De vez en cuando tenemos algún susto, la hipoglucemia, para detectarlas mi amo tiene un sexto sentido. En Israél dicen que han adiestrado a perros, labradores y golden, como Hera, para ayuda en la detección sintomática de las hipoglucemias, pero como a Hera nadie el ha enseñado nada de esto, pues ni se entera la feliciana. Tampoco ni Frida ni yo somos capaces de hacerlo, así que nos enteramos cuando se produce un revuelo en la casa, y las tres, para no molestar, quietecitas hasta la calma vuelve a la casa.

En esta enfermedad es fundamental la disciplina y el control, es una patología que no duele, se manifiesta silenciosamente y si no se trabaja en su control, puede tener efectos, a medio y largo plazo muy desagradables, afectando a casi todos los órganos y funciones vitales. Pero mi ama es para ello un auténtico ejemplo de disciplina, constancia y amor a la vida. No existe otra manera para dominar a la diabetes, por eso desde mi perruna condición, me atrevo a lanzar un llamamiento a todos los diabéticos, por favor controlar vuestra enfermedad, de esta manera está acotada y no hace la función silenciosa de una mantis. Mientras a esperar que la ciencia evolucione, quizás en las células madres éste la solución, pero hasta que llegue ese día, control y control, dieta sana y deporte.

Es fundamental en todo este proceso la ayuda de la familia, en el caso de mi ama, cuenta con todo el soporte para ello, con ello es mucho más llevadero el combate contra esta silenciosa e indolora dolencia.

Quiero agradecer, públicamente, al doctor Salvador de la Clínica Universitaria de Navarra, que haya sido capaz de establecer los parámetros para dominar una patología que en su inicio se presentaba como rebelde.

En fin queridos camaradas diabéticos, cuidaros que la vida se puede vivir con toda la plenitud, no permitir que la mantis silenciosa tenga la oportunidad de devoraros.

A los dueños de perritos, no darles pan u otros alimentos ricos en carbohidratos, no los metabolizamos muy bien y podemos terminar en diabéticos (esto va para mi amo también).

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